miércoles, 2 de diciembre de 2009

*///***Rodolfo Hinostroza***///* poeta de los años 60

//**//Hildebrando Perez//**//





Poeta Hildebrando Pérez. Al lado, la nueva edición de Aguardiente.Cuando tuvo el poemario en sus manos, en 1978, año que Aguardiente ganó el Premio Casas de las Américas –con un jurado de lujo: Mario Benedetti, Juan Gelman, Efraín Huertas y Ramón Palomares–, Hildebrando Pérez Grande se percató de algo que al principio en él era una sospecha: haber recreado el universo e imaginario andino, las formas de vida, las conductas y estructuras sociales, las injusticias.
Y es que Aguardiente, cuya cuarta edición (Hipocampo editores) acaba de aparecer y hoy, a las 8.15 pm, será presentado en la Feria de Libro Ricardo Palma de Miraflores, tiende un puente entre la vida de aldea y los avatares de un mundo moderno."En ese universo –confiesa el poeta– recordé mi infancia y pude recordar cómo es que los más humildes campesinos, aquellos que no tenían tierra, en las tardes, en las noches, aliviaban su sufrimiento.


*-Poema.N''1''


///**CEMENTERIOS DE AUTOMOVILES**///


Corrías cara al sol en las tardes claras de un locoVerano, seduciendo a las muchachas Con tu chasís reluciente y la potencia de tu HP. Muchos miraban con envidia la forma como subíasPor las lomas más empinadas, fierro A fondo. Y más aun cuando bajabas por laderas Iluminadas por el carmín y la sonrisa de tu gitana en flor. Eran los prodigiosos años sesenta. Los caminos Inciertos los recorrías cantando only you. Pero No siempre merecemos nuestros sueños: ahora Se te cae el pelo, el aceite, los deseos. Eres Una chatarra inútil y estás bajo de rating.Tan sóloAñorasun espejo retrovisor para mirar Tardíamente las maravillas insospechadas del universo. Sin chasís, sin jazmín, sin lubricante Acaricias tu vieja placa: Perú. Lima. 27-04-41.


*-Poema.N''2''


/*/*** LA ESCRITURA SAGRADA***/*/


Tú no eres más que un racimo de valsesMaravillosamente mundanos. PuntoY raya. Un relámpago harapientoDe ademanes y remolinos y nomeolvides.Siempre reverberas sobre la página en blancoDe tu amores perdidos como una lluviaInquietante de puñales peregrinos.Yo no quiero la piel de tu escritura alabadaPor lechuzas incautas: no me atraeNi tu fama ni tus premios ni tu nada.Yo quiero tu palabra. No te muerdasLa lengua. Inventa primaveras. AbreTus labios sagrados como si fuese un deseoImpostergable. No te quedes sin municiones:Da curso a la lengua de tus antepasados,Al fuego de tus apetitos elementales.Pide la palabra: es tu espejo. Tu aguardiente.El barro triste de un corazón desangelado.No silencio.Viento entero.No mudez.Soplo eterno.



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